Un terremoto, también llamado sismo o temblor de tierra, es un movimiento repentino del suelo causado por la liberación de energía acumulada en el interior de la Tierra. Esa energía se libera cuando las placas tectónicas, grandes fragmentos que forman la corteza terrestre, se mueven, chocan o se rozan entre sí.
Los terremotos son tan poderosos que no necesitan ocurrir cerca para afectarte.
Las placas se desplazan lentamente, generando tensión en las rocas. Durante años, incluso siglos dura este proceso de acumulación de energía.
Cuando la tensión supera el límite de las rocas, se produce una ruptura súbita en el interior de la Tierra.
La energía contenida se libera en forma de ondas sísmicas, que se propagan en todas direcciones.
Las ondas llegan a la superficie terrestre, provocando el movimiento del suelo que sentimos durante un sismo.