¿Y si pasaran mil Jet Set?
Reflexión sobre la preparación sísmica en República Dominicana
El 8 de abril de 2025, la tragedia de la discoteca Jet Set estremeció al país. Una estructura colapsada, 226 muertos confirmados y una sociedad entera enlutada. Aquel hecho nos golpeó con fuerza, tanto por las pérdidas humanas como por dejar al descubierto lo frágil que puede ser nuestra seguridad cuando las estructuras fallan y los sistemas de respuestas, aunque a tiempo pero sin las herramientas necesarias para actuar con eficacia.
Pero ahora imaginemos algo peor; no un Jet Set, sino cien. O mil. Un escenario normal en caso de un terremoto fuerte en el corazón de Santo Domingo. ¿Estamos listos? República Dominicana se encuentra en una zona sísmicamente activa, son un riesgo latente. No preguntamos si ocurrirá, sino cuándo. Y cuando llegue, ¿cuántas Jet Set caerán? ¿Cuántos techos mal construidos, columnas sin soporte, edificios viejos y sin mantenimiento se desplomarán sobre la gente?
Las cifras son frías, pero la realidad que esconden es devastadora. Un terremoto fuerte podría matar a miles en minutos. No hay sistema de emergencia que soporte un colapso masivo. No hay hospital que pueda atender a todos. No hay forma de enterrar a tantos con dignidad. Y aun así, seguimos actuando como si no pasara nada.
En muchos barrios del Gran Santo Domingo, la vulnerabilidad es visible. Viviendas apiñadas, construidas sin supervisión, escuelas agrietadas y hospitales con décadas sin reforzamiento estructural. Y en medio de eso, millones de personas que no saben qué hacer antes, durante y después de un temblor fuerte, donde los esfuerzos de simulacros realizados son mínimos y no cuentan con un plan familiar de emergencias.
La tragedia de Jet Set debe ser más que una noticia trágica. Debe servirnos como espejo y advertencia. Si una sola estructura derrumbada nos deja en shock nacional, ¿cómo será enfrentarse a decenas, cientos o miles?
La preparación sísmica no es un lujo ni un tema técnico para expertos. Es una responsabilidad colectiva. Se necesita voluntad, política y ciudadana para hacer cumplir los reglamentos. Se necesita inversión, se necesita educación. ¿Dónde están nuestras prioridades?
Nuestra sociedad no puede seguir dependiendo de la suerte. No podemos seguir esperando que la próxima tragedia nos despierte. Ya vimos lo que puede pasar con una sola edificación colapsada, recuerdan el sismo del 22 de septiembre de 2003 en Puerto Plata, el segundo piso de una escuela aplasto el primer piso, la suerte fue que sucedió de madrugada, ¿y si hubiese sido en horario escolar?
Esta reflexión no es para asustar, sino para actuar. Porque el momento de prepararnos es ahora, no cuando sea noticia. Ahora.
Jottin Leonel
CulturaSismicaRD